Editorial
EDITORIAL
Escribir artículos en PPM Magazine puede ser un hecho fácil o difícil; es fácil si tomamos los caminos conocidos de elaborar resúmenes de ligas y deportes, pues con un poco de investigación, y colocando adecuadamente las cifras, podemos construir un cuadro de situación de equipos y resultados clara y rápidamente. Lo difícil es hacerlo con gracia, talento y emoción, imprimiéndole a este cuadro de historia conocida nuevas facetas, un punto de vista diferente, vivaz, inesperado, salirse de conformismo y la rutina. Es una cuestión de elección, la vida misma es una cuestión de elecciones, y somos el resultado de miles de ellas; y eso trae a mi memoria una anécdota protagonizada por dos de nuestros amigos en el juego, Juancho (johndragon) y Eduardo (Edusi7). Como saben, Juancho trabaja en la Universidad Central de Venezuela, y estando caminando por el campus una mañana ve aparecer a Eduardo en una nueva y flamante bicicleta. “ De donde sacaste esa magnífica bicicleta? “ le pregunto, a lo que Eduardo le contestó: “Bueno, yo estaba caminando por el parque ayer, pensando en mis trabajos, cuando una hermosa mujer apareció sobre esta bicicleta. Arrojó la bicicleta al suelo, se quitó toda la ropa y dijo: Toma lo que quieras”. Juancho asintió con aprobación: “Buena elección. La ropa seguro no te iba a quedar bien”.
Nos tocó también analizar las innumerables respuestas y propuestas de la comunidad que respondió a la pequeña encuesta sobre la revista. Sin duda, hay ideas nuevas que queremos probar, y entre ellas está la de agregar toques de humor a todos los artículos, incluidos aquellos que por su naturaleza estadística son más aburridos; la idea de hacer concursos o trivias con premios en créditos, es complicado, pero está pendiente; muchos quieren saber sobre trucos y tips para mejorar el rendimiento del equipo, y otros quieren entrevistas con managers exitosos para absorber experiencia ajena y aplicarla a sus clubes, aunque por experiencia he visto que los mejores consejos y sugerencias no siempre son adoptados, como aquel maracucho que arrastrándose por el médanos de Coro, medio muerto de sed y pidiendo agua..aguaa, cuando llega a una tienda en medio de la nada y arrastrándose le pide al dependiente “agua, deme agua que me muero…” y el turco de la tienda le dice, “Amigo, agua no tengo, pero vendo corbatas, mire, mire, las tengo de todos colores…” “Que vaina contigo, necesito aaaguaaa…” El vendedor le insiste: “Ya le dije que no tengo agua, pero mire las corbatas, baratísimas, hasta acepto tarjetas de Gocholandia…” El maracucho casi muerto le repite: “Aaaguaaa…” El vendedor le dice “Bueno, mire, como a 5 Km hay un restaurante, allí seguro tienen agua, pero compadre cómpreme una corbata, mire, mire…” El tipo no quiso escucharlo más y como puede se arrastra hasta que por fin divisa un restaurante en medio del desierto, y con sus últimas fuerzas le dice al portero: Agguaaa, que me muero, aaguaaa, por favor…” Y el portero le dice: “Amigo, le daría el agua, pero es que no se puede entrar sin corbata…”
Hasta la próxima entrega, y gracias por leernos.
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