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Caracas Sport Club

Un día...

Ser gerente general de una institución deportiva tan grande es complicado, el trabajo comienza temprano a las 5am hora a la que se escuchan llegar los primeros carros al estacionamiento del club, entrenadores, personal médico y Reto Zumkehr, centro del primer equipo de Hockey que, a sus 34 años, siempre llega a esa hora para usar las instalaciones y mantenerse en forma, saludos cordiales entre todos mientras nos tomamos un cafecito hecho por la Sra. María. Nos reímos bastante ante las ocurrencias de María que, a sus 65 años, le tiene el ojo puesto a Zumkehr, un Suizo de 2 metros al que ella llama su catire bello, aunque él prefiere siempre esconderse en el gimnasio antes que sufrir luego el chalequeo de sus compañeros. Las 6am y el resto del personal técnico llega a la reunión preparatoria para el viaje semanal del equipo de hockey, en esta oportunidad a Irán. Ser parte de la liga Internacional es una carga económica bastante alta pero que el Club ha podido manejar a duras penas. 6:30am y los jugadores de Balonmano llegan en el autobús del club para desayunar y prepararse para el primer set de entrenamiento diario a las 7am. Ya en la oficina una montaña de reportes y cosas por firmar, la renovación de Davids Ozolins dentro de 7 días es la prioridad, Una oferta de 50 millones por el experimentado portero de hockey en su agencia libre no restrictiva nos pone en aprietos y solo queda resignarse y verlo partir. Son las 9am y me asomo a la ventana buscando paz, con los campos de entrenamiento del fútbol a medio construir, el equipo entrena en el espacio que les dejan los obreros y cuando no pueden, simplemente van al estadio; gastos y más gastos. János Szeibert, el coach del equipo de  basquetbol llega a la oficina y pide más jugadores, que no podemos perder ante el empuje de los otros equipos, llora por la eliminación en Copa que si ‘’fin de ciclo’’ coreaban en Maracaibo la semana pasada, yo le digo que no hay real y que no le pare, que es normal que lluevan vasos plásticos con cerveza en un juego de básquet venezolano,  pero como es de Hungría no me entiende,  siempre me recuerda lo bien que lo trataban en Budapest y que la 18va división Húngara de donde lo saqué era mejor; yo siempre le recuerdo que las caraqueñas están más buenas y se resuelve el asunto. Sin mucha más discusión, pondremos a Gonzalo Cuartín y a Ramsés Lameda a jugar y que a sus 17 años reciban palo que así es que se hacen los hombres en el Basquetbol.

12am, hora del almuerzo en el cafetín del club, los muchachos del balonmano están alborotados. Adolescentes la mayoría, se echan broma porque están de campamento y los que se quedaron ya llevan dos  victorias en liga y tienen al archienemigo Maisanta de segundos en la tabla de posiciones. Con alegría veo a Czeslaw Mielnik y Tomasz Szatan integrarse al grupo de jóvenes, con 15 años recién llegados de Polonia el equipo apuesta a entrenar jóvenes y convertirse en una institución de renombre, pero todavía no entienden que no deben salir por ahí sin permiso, así que hay que ponerles un traductor por ahora, gastos y más gastos. Son la 1pm y llega un Ferrari al estacionamiento, dice que lo compró en Milán junto con el escudo de su equipo ese día en que andaba con Florentino; es JohnDragon. El asunto, la Liga Venezolana de Fútbol, se le ve algo estresado,  eso de ser presidente eterno y comandante supremo de las ligas venezolanas le saca las canas a cualquiera, me cuenta que le tienen montado un golpe de estado lento y que la FIFA  lo anda investigando. Cambio de tema para mantener mi impoluta neutralidad, me pregunta si la Liga de Balonmano va bien, yo le digo que sí, pero sólo hay 2 equipos inscritos en un mes, me dice con un tic nervioso en el ojo derecho, y yo le respondo, esto es lo que hay, mientras le ofrezco otro cafecito, lleva 8, si…eso de ser presidente es duro. Lo acompaño al estacionamiento y lo despido cordialmente, arranca en su Ferrari pero despacito porque los huecos en Caracas se comen cualquier carro. Son las 4pm y el club está a su máxima actividad, los 4 equipos entrenan sus sesiones de la tarde,  la amable pepa de sol cae sobre el valle de Caracas con su majestuoso Ávila al fondo mientras el equipo de basquetbol coordina las últimas horas antes del enfrentamiento diario de la liga; son los momentos que pagan todas las demás horas de trabajo, hasta que llega Facundo Yañez, segundo entrenador de fútbol, a decirme que hubo un error en el entrenamiento de ayer, no se dio cuenta y Zarkovic entrenó demasiado juego aéreo y que le quedó impar, que no sirve así, que lo hará entrenar 9 puntos más para que quede parejo, y yo digo, santo dios si su proyección es 1… llamo a María por otro cafecito. Las 6pm y los chicos del Balonmano se despiden rumbo a las residencias juveniles del club y el equipo de Hockey prepara las maletas… 7pm salimos rumbo a Maiquetía… el vuelo para Teherán pasa por París y Air France sale a las 1am pero hay que estar varias horas antes para evitar imprevistos. 11pm, Alfons Ebner, ala izquierda del a primera línea del equipo, me pregunta por qué debe envolver sus maletas en envoplast, que en los aeropuertos de Austria eso no pasa y yo lo despido con nostalgia mientras se monta en el avión. 2:30 am de regreso a Caracas, paramos en una arepera; 3:30am de regreso a las instalaciones del club, decido quedarme en la oficina. En unos días recibiremos al deportivo Táchira en fútbol, me dicen que vienen en un autobús alquilado, que no conocen Caracas, hay que mandarles correos para que no se pierdan y terminen en el Brígido Idiarte *suspiro, 5am y veo a la señora María trayéndome un cafecito... está algo triste porque su catire bello está de viaje.